Intervención de la Presidenta en la Cena-ceremonia con motivo del XXX ‘Cumpleaños’ Congresual de la Academia
Queridos compañeros y amigos,
Querida familia AEDEM,
Es para mi un gran orgullo y una especial satisfacción dirigirme a
vosotros, mis amigos de toda la vida, para celebrar con sumo cariño tres
décadas congresuales de nuestra querida Academia.
Mucho ha sucedido en estos años; años de transición en la sociedad y en
la Universidad española. Muchos cambios. Algunos justificados; otros
antojadizos. Pero aquí estamos. En torno a una mesa, como gusta a las
familias bien avenidas; con unos anfitriones que se han volcado, con
gran cariño, en pro de nuestra estancia, y a fe que lo han conseguido.
Enhorabuena a nuestros colegas canarios y un sentido aplauso para esta
bendita tierra.
Tengo ante mí una tarta, gentileza de los organizadores, en cuya leyenda puede leerse “feliz 30 cumpleaños, AEDEM”.
Es cierto que rezumamos felicidad y salud, como institución y como
colectivo. AEDEM ha evolucionado en estos años al son que le ha marcado
la sociedad que le da sentido.
Somos un producto universitario, con personalidad propia, pero imbricado
de la savia que nutre a todas las instituciones de educación superior
de nuestro país. Y junto a nosotros, cada vez más colegas de otras
nacionalidades, atraídos por los sonrojados cachetes que luce la
entidad.
¡ Crecemos !, y ese es el mejor síntoma del estado de bienestar.
No tengo duda que este es el secreto de nuestra fuerza, de nuestra
vitalidad y de nuestra pervivencia: la sensación de bienestar.
AEDEM es lo que quieren que sea sus asociados. Por eso cumplimos 30 años, y me atrevo a vaticinar que cumpliremos 30 más.
Si 1987, en Ojén, en Málaga, marcó el comienzo de una hoja de ruta; 2016 la vigoriza y la ensalza.
En ese año, 1987, el premio Nobel de Economía, Robert Solow, aventuró
que la clave del crecimiento radicaba en el progreso técnico, en los
avances de la ciencia. Pero que unido a ese progreso, resultaba de suma
importancia el capital humano, los hombres y las mujeres que forjan
organizaciones para generar sinergias y que, con su desarrollo,
acrecientan el valor del conocimiento, el cual se transmite y se irradia
de muchas formas para crear riqueza.
No tengo duda que el mayor capital de AEDEM son las personas que la
forman. Vosotros, y otros muchos, habéis contribuido con la gubia de la
investigación y el cincel de la enseñanza superior a perfilar lo que hoy
día se llama AEDEM.
Y tampoco tengo duda que varios íntimos amigos, padres para muchos de
nosotros, nos miran orgullosos desde el cielo, alegrándose de esta
efemérides.
¡¡ Muchísimas felicidades !!
¡¡ Hoy cumplimos 30 años de congreso !!
¡¡ Y nos late el corazón más fuerte que nunca… !!
Gracias, muchas gracias a todos.
Encarnación González Vázquez
Presidente