Tras más de cinco años al
frente de la Academia, Encarna González
nos recibe en su despacho de la Universidad de Vigo para cambiar impresiones
sobre diferentes aspectos de la institución…
¿Cómo se sintió Vd. tras verse en la tesitura de sustituir a un
gran hombre, que lo fue todo en AEDEM, y que sentó y afianzó las bases de lo
que hoy en día es?
La triste pérdida de Camilo Prado
supuso un duro golpe para todos. AEDEM se forjó en torno a él y siempre estará
en el recuerdo más íntimo de todos los que lo conocimos y aprendimos a
quererlo. Yo me siento muy feliz por haber tenido la oportunidad de recoger su
testigo y trabajar con suma ilusión en un concepto en el que siempre he creído,
primero como Secretaria General y después como Presidenta.
¿Qué es hoy día AEDEM?
AEDEM es lo que son sus asociados: un nutrido
grupo de docentes e investigadores universitarios muy bien avenidos, que se
amolda a los nuevos tiempos y circunstancias, y que sirve de marco para crear y mantener relaciones entre los propios asociados y con otros colegas externos. AEDEM es foro y corriente, porque junto a su estabilidad, jamás se detiene. Avanza conforme al progreso y a los valores sociales que le son de aplicación.
¿Qué tal las relaciones con su Junta Directiva, se ha llevado
alguna sorpresa?
La Junta está formada por personas
que sienten muy adentro un cariño especial por la Academia. Y lo demuestran a
lo largo del año trabajando para que todo funcione al servicio de los demás.
Aunque no me he llevado ninguna sorpresa, pues los conocía a todos mucho antes
de acceder a los cargos, sí debo reconocer que se han adaptado a sus
responsabilidades y que el rendimiento es óptimo.
Hay elecciones este año, e imagino que se plantea continuar al
frente de la Asociación, ¿no?
Si, este año se cumple un ciclo y en
junio, en asamblea extraordinaria tal y como marcan nuestros estatutos, tendrá
lugar el acto electoral. Lo cierto es que me encuentro con fuerzas y ganas, y
aunque no lo he consultado aun con mi familia y mis compañeros, me gustaría
continuar trabajando por la institución.
¿Qué queda por hacer en AEDEM que le anime a continuar?
¿Por hacer? … (amplia sonrisa) Uf… ¡Muchísimo!
En estos años hemos asistido a un profundo cambio motivado por las
circunstancias y por las exigencias del entorno con el que interacciona el
mundo universitario. Esta nueva hoja de ruta ha obligado a efectuar ajustes que
han requerido mucho esfuerzo y pulso firme. Pero el proceso no ha culminado y
me gustaría finalizarlo o, al menos, dejarlo definitivamente encauzado.
La Academia cuenta con dos revistas que aguantan los envites del
tiempo. ¿Es realmente necesario tener dos soportes de similar naturaleza?
No creo que sea una cuestión de
tener una o dos. AEDEM apostó hace tiempo por mantener ambas revistas por una
cuestión estratégica. Las publicaciones de trabajos son indispensables para la
comunidad científica y ello nos otorga un estatus del que otras iniciativas y
foros universitarios adolecen. Contar con dos revistas al servicio de los
investigadores es todo un privilegio, y la Academia puede presumir de ello.
Para mí es un orgullo, y no una carga.
¿Cuándo veremos esas dos revistas en el top que merecen?
Este ha sido uno de los principales
retos del equipo que dirijo. De hecho, su cambio de patronímico al idioma
anglosajón marcó el principio. Y garantizo que se han dedicado denodados
esfuerzos, en múltiples campos, por impulsarlas y llevarlas a cotas superiores.
Pero todos los movimientos en este ámbito son sumamente lentos y la paciencia
debe sonreírnos para alcanzar la meta que creo nos merecemos.
Se ha producido un cambio de editorial en el caso de European Journal
of Management and Business Economics. ¿Cuál ha sido la razón?
Había cierta predisposición por
parte de Elsevier, por reajustes en
su cartera de productos. Y al mismo tiempo, teníamos intención de un cambio de
estrategia, de un giro de rumbo, para no tener todos los huevos en el mismo
cesto. De aquí que apostáramos por Emerald,
manteniendo el otro soporte, European Research on
Management and Business Economics, en la editorial primitiva. Estamos
muy satisfechos de trabajar con ambas firmas.
La web oficial de AEDEM ha sufrido una significativa mutación, y
parece más atractiva, funcional y amigable. Supongo que era necesario, ¿no?
La Web de la Academia es uno de los
principales instrumentos de vinculación e información a los asociados, y era
preceptivo mejorar ostensiblemente su operatividad, todo ello atendiendo al
desarrollo tecnológico y a las necesidades institucionales. De aquí que hayamos
invertido en transformar la Web para favorecer la navegación de los asociados,
si bien es un proceso complejo que no ha finalizado aun. Pero creo sinceramente
que estamos en el camino adecuado, pues las críticas que he tenido la
oportunidad de oír son positivas.
Me cuentan que ha sido decisión suya intensificar la visibilidad
de la Academia en redes sociales. ¿Qué puede decirme al respecto?
Este asunto nos tiene sumamente
ilusionados. En línea con la Web, las redes sociales permiten asegurar una
mayor rapidez y fluidez en la comunicación con nuestros socios y simpatizantes.
Con ellas, estamos además dándonos a conocer en otros entornos universitarios,
dentro y fuera de España. Era algo así como una asignatura pendiente, de la que
habíamos comenzado a dar nuestros primeros pasos en los últimos años, y que
hemos decidido impulsar de forma activa. Mis expectativas son altas en este
sentido.
La Fundación Camilo Prado está teniendo suma actividad en los
últimos tiempos, sobre todo desde la perspectiva formativa. ¿Sigue alguna pauta
prefijada por la Academia o es autónoma en sus decisiones?
La fundación es absolutamente
autónoma, y se rige por las decisiones que sus patronos alcanzan. Pero es
cierto que están protagonizando la organización de seminarios para docentes e
investigadores, y la temática debe ser atractiva porque en más de una ocasión se
llega al cupo y hay que dejar aspirantes fuera. Lo cierto es que la Junta
Directiva se halla muy orgullosa de su iniciativa y, sobre todo, de su
compromiso social con la comunidad universitaria.
Algunos asociados creen que dos congresos anuales son más de lo
que la Academia debería ofrecer. ¿Cómo defendería que se sigan organizando dos
encuentros anuales?
En este apartado también somos
diferentes a otras organizaciones. Se ha cumplido el 25º aniversario de nuestra
International Conference hace un año,
junto al 30º Congreso Anual que
celebramos en Las Palmas. Mantenemos ese músculo indispensable para ofrecer a
los asociados la oportunidad de relacionarse en España y en el extranjero con
colegas de muchos otros países y culturas. Ya he dicho que en nuestra filosofía,
el networking es tema prioritario,
porque enriquece de modo significativo y aporta valor al pensamiento de los
investigadores. Cerrar una de las dos puertas es algo que no contemplamos,
porque se antoja un error del que nos arrepentiríamos en el futuro. Realmente,
nos sentimos orgullosos de mantener dos citas con connotaciones diferentes.
También me comentan
versadas fuentes que en breve veremos a la Academia como Asociación de Utilidad
Pública, con todo lo que eso conlleva…
Sí, es otro de los objetivos a
corto/medio plazo que aspiramos a alcanzar, pues esa consideración reportará
beneficios a los asociados, sobre todo de naturaleza fiscal; y para la entidad no
sólo tributarias, sino en el ámbito de las relaciones con las administraciones
y otras instituciones.
Si finalmente se presentara a la reelección y resultara elegida,
¿cuál sería su reto más relevante en los próximos seis años?
Son muchas las ideas que me fluyen
por la cabeza y me gustaría coronarlas todas. Pero si he de elegir una, apuesto
por posicionar las revistas de la Academia en el lugar que nuestros asociados se
merecen. Situarlas en el top académico es un reto que me apasiona y dedicaré
sumo esfuerzo para lograrlo. De hecho, los primeros pasos están dados, pues el
acceso a Emerging Sources Citation Index
(Thomson Reuters) es un hecho.